El hecho ocurre en la provincia española de Orense. Se trata de un alemán, de nombre Michel, que estuvo conviviendo tres años con un lobo como mascota. El hombre había adoptado al animal creyendo que se trataba de una perra de la raza lobo checo, ya que el animal tenía toda la documentación que así lo acteditaba.
Tras pasar el tiempo, los vecinos sospechaban que no era una cachorra muy inocente. Es por eso, que llamaron al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), y comenzaron a investigar la procedencia del animal en cuestión. Tras una serie de estudios, los expertos confirmaron que se trataba de una especie de la familia de los lobos.
Específicamente, el SEPRONA determinó que se trata de un ejemplar de Canis lupus signatus, lo que comúnmente se lo llama lobo ibérico. Durante el transcurso de la investigación, la perra/loba había tenido tres crías, que también estaban al cuidado del alemán.
Luego de conocerse los resultados El hombre decidió entregar los animales para que pudieran ser cuidados y restituidos a su hábitat natural. Es así que desde el 12 de febrero, los cuatro animales están a cargo del Servicio de Patrimonio Natural de la Consejería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.