Jubilados vs Milei : pesos pesados sindicales se suman a la marcha de los miércoles

La marcha de jubilados que se realiza cada miércoles frente al Congreso de la Nación está cobrando una dimensión inesperada y genera gran preocupación en el Gobierno. Primero fueron las hinchadas del fútbol argentino las que se sumaron a la protesta, y ahora se han unido poderosos gremios como la UGATT (Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte), La Fraternidad y sindicatos de aeronavegantes, lo que eleva la tensión en el marco del protocolo antipiquetes impulsado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

El crecimiento de esta movilización ha encendido las alarmas en la Casa Rosada, ya que con la adhesión de los gremios del transporte y otros sectores estratégicos, la protesta podría derivar en un conflicto de gran escala. Desde el Gobierno, aseguran que se aplicará el protocolo antipiquetes, lo que podría desencadenar un choque con las organizaciones sindicales.

Un conflicto en ascenso

Las marchas de los jubilados comenzaron como una manifestación pacífica en reclamo de mejoras en sus haberes y acceso a medicamentos, pero con el correr de las semanas han ido sumando adhesiones de distintos sectores sociales. La irrupción de las hinchadas despertó preocupación por posibles desbordes, y la reciente incorporación de sindicatos clave complica aún más el escenario.

La UGATT, que agrupa a distintos gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo, representa un sector estratégico en la logística del país. En la misma línea, el sindicato de maquinistas de trenes La Fraternidad, liderado por Omar Maturano, y los gremios aeronáuticos, cuya actividad es fundamental para la conectividad aérea, han manifestado su apoyo a los jubilados y podrían tomar medidas de fuerza.

El desafío para Bullrich y el Gobierno

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha sido clara en su intención de aplicar el protocolo antipiquetes para evitar bloqueos y cortes de calles. Sin embargo, con el crecimiento de la movilización y la adhesión de sindicatos con gran capacidad de presión, la situación se vuelve cada vez más compleja.

Desde la oposición y sectores sindicales advierten que el uso de la fuerza para desalojar manifestantes podría derivar en un conflicto social de gran escala. Por su parte, el Gobierno insiste en que no permitirá bloqueos que afecten la circulación.

¿Cómo seguirá el conflicto?

Con la convocatoria de un nuevo miércoles de marcha al Congreso y la incertidumbre sobre la respuesta oficial, el escenario se torna cada vez más tenso. La pregunta que muchos se hacen es si el Gobierno logrará contener la protesta sin que la situación se desborde o si, por el contrario, se encamina a una escalada de mayor confrontación social.

Lo cierto es que la marcha de los jubilados ya dejó de ser un reclamo sectorial y se convirtió en un símbolo de resistencia que pone en jaque a la administración nacional.