Vale decir también que hasta acá se supone que las compras previas para lograr el reintegro se hacen de manera formal en su totalidad, es decir que el sistema no genera una mayor formalización, cosa poco probable.
De acuerdo al informe del IARAF, "Si la formalización del consumo aumentara un 10%, las provincias tendrían un efecto neto positivo por 0,08% del PIB. En el caso sin aumento de formalización, el incremento de recaudación de las provincias y CABA equivale al 3,8% de los envíos automáticos de nación a provincias del mes de agosto y en el caso de un aumento del 10% de la formalización equivaldría al 8,7%".
La reforma del impuesto a las ganancias según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) tendría un costo fiscal anual de 0,63% del PIB. Si eso se periodifica da un 0,16% trimestral. Con este tipo de reformas hay un costo directo y un costo final posible. Esto obedece a que el mayor ingreso disponible que la medida genera, puede volcarse al consumo y generar mayor tributación tanto nacional, como provincial y municipal.
En el trabajo se consideró un 22% de recaudación conjunta de IVA y Ganancias, un 5% de ingresos brutos provincial y un 3% de ingresos brutos municipal. Todos estos porcentajes son efectivos sobre el monto global del ingreso disponible incrementado (son alícuotas por dentro, como corresponde).