El presidente de Bolivia, Luis Arce, declaró la emergencia nacional por las intensas precipitaciones que afectan al país y que dejaron un saldo devastador: al menos 51 personas fallecidas, ocho desaparecidas y 378.885 familias damnificadas.
Las precipitaciones, que según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) no se veían con tal magnitud en más de 40 años, han golpeado a 209 de los más de 300 municipios bolivianos, con inundaciones, deslizamientos y desbordes de ríos que han arrasado comunidades enteras.
Tras declarar la emergencia, el mandatario boliviano explicó que esta medida busca agilizar la atención a las zonas afectadas. "Estos desastres nos están exigiendo actuar con urgencia", afirmó en un mensaje a los medios. La emergencia nacional permitirá compras excepcionales, acceso a financiamiento internacional y la movilización de recursos técnicos y logísticos.
Foto: Las lluvias torrenciales dejaron como saldo alrededor de 400 mil familias afectadas.
A raíz de la situación, el Gobierno ha desplegado más de 4.000 militares en las áreas más críticas, como Beni, Chuquisaca, La Paz y Santa Cruz, y se han entregado 234 toneladas de ayuda humanitaria para aliviar el impacto en la población.
De momento, las intensas precipitaciones han dejado como saldo 2.506 casas con daños, 818 que quedaron completamente destruidas y varios centros educativos en Beni no están en condiciones de recibir estudiantes. En la Amazonía, el desborde del río Beni ha inundado más de 2.000 hogares, lo que obligó a las familias a desplazarse en lanchas o a improvisar campamentos al borde de las carreteras. La falta de agua potable, por la contaminación de pozos, y la pérdida de cultivos como maíz, yuca, plátano y arroz agravan la crisis en estas comunidades. En otras regiones, como La Paz y Cochabamba, los derrumbes han dañado carreteras y puentes clave, dejando a muchos aislados.
A causa de la situación, el presidente boliviano declaró la emergencia nacional en todo el país.
Por su parte, la Cámara de Senadores aprobó un crédito de 75 millones de dólares del Banco de Desarrollo de América Latina y Caribe, destinado a emergencias climáticas como esta. Además, Arce convocó a una reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Autonomías para el lunes próximo en La Paz, con el objetivo de coordinar esfuerzos con gobernadores y autoridades locales. "No vamos a abandonar a las familias damnificadas", prometió el mandatario, quien destacó que la intensidad de las lluvias ha superado todos los registros recientes.
Aunque el impacto abarca los nueve departamentos, algunos enfrentan condiciones más severas. En Beni, declarado en desastre, las inundaciones han paralizado la vida diaria, mientras que en Santa Cruz, el motor económico del país, los desbordes amenazan la producción agrícola. La Paz, por su parte, reporta deslizamientos que han sepultado viviendas, y en Chuquisaca las lluvias han dejado un rastro de destrucción similar. El pronóstico del Senamhi indica que las precipitaciones podrían extenderse hasta abril, manteniendo la alerta en varias regiones.