04/05/2024
Según un informe, el país pasó de generar el 0,47% de todas las ventas al exterior del planeta en 1983 a representar el 0,27% en 2023. Ocupa el 55° lugar del listado.
En las últimas cuatro décadas, Argentina perdió predominancia en el ranking mundial de países exportadores, en el que pasó del puesto 33° al 55°. Es la peor posición histórica de la nación.
El dato fue revelado por un relevamiento llevado a cabo por Marcelo Elizondo, presidente de la International Chamber of Commerce (ICC) en Argentina.
Puntualmente, el país pasó de generar el 0,47% de las exportaciones del mundo en 1983 a representar únicamente el 0,27% en 2023.
La medición se realiza cada cinco años y marca los vaivenes de la economía nacional, que en 2003 ocupaba el puesto 52 y en los años posteriores llegó a ocupar el 46° escalafón del listado.
La aparición de nuevos países en el mercado o que otros comenzaran a figurar ya que previamente no eran exportadores son algunos de los factores que se mencionan en el informe.
Irlanda, Israel, Qatar, Chile, Turquía, Tailandia, Portugal, Vietnam, Malasia, Kazajstán, Omán y Rumania son algunos de los países que superaron a Argentina en el último ranking.
Elizondo considera que que se diera este cambio en las posiciones de otros países, fue clave el desarrollo de sectores productivos estratégicos o acuerdos internacionales de integración, todos los cuales mejoraron sus atributos competitivos.
Además, desarrollaron una oferta exportable por inversión o apertura internacional múltiple y actualmente comercian a través de empresas internacionalizadas que crearon condiciones locales para favorecer la salida al exterior.
"Instauraron una economía de orientación al mercado o lograron el desarrollo de relevantes actores empresariales internacionales", concluye.
El autor del informe cree que para que Argentina vuelva a la posición que ocupaba hace cuatro décadas debería exportar más de un 55% de lo que se vendió durante el año pasado. Puntualmente, unos 105.000 millones de dólares.
Elizondo argumenta que para que eso ocurra debería darse una serie de mejoras, entre las que destaca la vigencia de instituciones que aseguren derechos, recuperar el equilibrio macroeconómico y mejorar la capacidad logística.
A su vez, sugiere que se debería actualizar el entorno regulatorio y se acompañe la innovación productiva, crear un ambiente económico que facilite la planificación productiva y que se genere una arquitectura que mejore el acceso de productos y empresas en mercados externos.
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