26/09/2023

Sucesos

Ataque a CFK: Milman entregó a la justicia un celular que compró tras el atentado

La querella de la vicepresidenta de la Nación denunció que el diputado nacional Gerardo Milman entregó a la Justicia un teléfono celular que compró luego del intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner, y que tendría al menos otros tres dispositivos móviles más. A través de un escrito dirigido a la jueza federal María Eugenia Capuchetti y al fiscal Carlos Rívolo, los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal señalaron que "ahora sabemos que Milman entregó un celular (que adquirió) posterior al atentado y que tiene, al menos, tres celulares más, de los que no dio noticia".

"Lógicamente, Milman, como imputado, no tiene obligación de entregar sus teléfonos. Aun así, su maniobra de entregar un celular sin relevancia e inexpugnable es un claro intento más de desviar la investigación. Quien sí tiene obligación de buscar la verdad es la jueza, a pesar de que hasta ahora sólo la ha estorbado", añadieron los letrados. Esta conclusión, que ya había sido advertida por la fiscalía, surge de que Milman entregó un teléfono Iphone 14 pro, de Apple, cuya aparición en el mercado fue posterior al intento de asesinato de Cristina Kirchner, ocurrido el 1 de septiembre de 2022.

"Esta circunstancia es concordante, también, con el relato de Ivana Bohdziewicz respecto a lo sucedido en las oficinas de Patricia Bullrich, cuando le dijeron a Gómez Mónaco que compre un nuevo celular: ahora sabemos que también era un iPhone 14 Pro y que, tal como le dijeron en esa reunión, el celular no pudo ser abierto por los peritos", aseguraron los abogados. "Es evidente que tanto a Milman como a su círculo se los puso en conocimiento de que deberían comprar los últimos aparatos disponibles para preservar su contenido, más allá de los procesos de borrado", completaron.

Asimismo, la querella insistió también con que Milman entregó uno solo de los dispositivos móviles con los que se manejaba y que poseía más de una línea, información que había reconocido la propia defensa del imputado en una presentación posterior a la entrega de su teléfono celular. "La demora de vuestra señoría en actuar ha hecho que, luego de un año, solo tengamos un celular de Gerardo Milman que ahora sabemos que no tiene relevancia y que es sólo uno de cuatro dispositivos que tiene el diputado nacional", le reprochó la querella a la jueza Capuchetti.

"El recurso en trámite por la defensa de Milman ante la Cámara de Casación (para bloquear la apertura de su teléfono celular) no obsta al secuestro de los dispositivos. Como máximo, podría quedar pendiente su análisis, pero es inadmisible seguir perdiendo el tiempo", recordaron. También, le reclamaron a la jueza que "ponga a disposición de las partes la información en su poder relativa a las llamadas y mensajes entrantes y salientes de Milman" que ya entregaron las compañías de telefonía celular y que se mantiene en la caja fuerte del juzgado. "Insistimos en que se trata de información cuyo estándar de revelación es menor que el de analizar un dispositivo secuestrado, por lo que no es una medida que requiera esperar la determinación respecto del celular de Milman que adopte la Cámara de Casación. Por lo tanto, debe ser inmediatamente puesta a disposición de las partes para avanzar con la investigación".

"Rogamos que, por una vez, la jueza siga lo que marca la prueba y el ordenamiento jurídico, y no intereses políticos o animadversiones personales. Lo que ha hecho Milman al entregar un celular posterior al atentado y ocultar la existencia de otros tres dispositivos es una burla a la jueza, al fiscal y a la víctima. La única respuesta posible es la que se deriva del rigor de la ley", concluyeron.

La denominada "pista Milman" se inauguró el 23 de septiembre pasado: esa tarde un asesor del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, Jorge Abello, se presentó ante la jueza Capuchetti y dijo que había escuchado al legislador opositor referirse al atentado antes de que ocurriera. "Cuando la maten yo estoy camino a la costa", fue la frase que Abello aseguró haberle escuchado decir a Milman en el bar Casablanca, el 30 de agosto del año pasado, dos antes del intento de magnicidio.

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