14/11/2024

Ciberseguridad

Crímenes informáticos: el caso Jonathan James

En la década de los '90 un joven de 15 años logró hackear el sistema del Departamento de Defensa de los Estados Unidos (DoD) y la NASA. Fue el primero menor en la historia en ser sentenciado por un ciberdelito.

Por
Natalia Perzhalo

Fue entre los meses de junio y octubre de 1999 cuando en el DoD observaron distintas intrusiones en diferentes instituciones escolares, instituciones privadas y hasta la misma NASA.


A fines de junio el joven de 15 años, Jonathan James, conocido con el seudónimo de "C0mrade" logró atravesar la seguridad de la NASA y acceder de esa manera a 13 ordenadores y robar software e información equivalentes a 1.7 millones de dólares.

Por su parte la agencia debió apagar sus sistemas durante 21 días ocasionándoles una pérdida de 41 mil dólares.

Pero, qué contenía el software que había robado James. Se trataba de un código fuente que controlaba elementos críticos de supervivencia de la Estación Espacial Internacional como por ejemplo la temperatura y la humedad.

La carrera delictiva del menor contaba además con el crackeo de BellSouth, la gran compañía de telecomunicaciones, el Centro de Vuelo Espacial Marshall en Alabama, y el sistema escolar del condado de Miami-Dade.

Sin embargo, lo que haría que las autoridades se pusieran en alerta, fue cuando logró penetrar los ordenadores del Departamento de Defensa de los Estados Unidos en el Pentágono.

Con el correr de las semanas y la investigación, el 26 de enero de 2000, Jonathan fue arrestado y en septiembre de ese mismo año ya con 16 años se declaró culpable de "delincuencia juvenil" en primer lugar por ser menor de dad y en segundo porque para entonces los delitos informáticos no se encontraban tipificados.

James fue condenado por seis meses de arresto domiciliario, la prohibición de acceder a ordenadores para uso recreativo, libertad condicional hasta que cumpliera 18 años, y debió escribir cartas de disculpas tanto a la NASA como al DoD.

Cómo lo hizo

El joven había encontrado una puerta trasera en uno de los servidores de Dulles, Virginia, donde instaló un sniffer, una herramienta de software o hardware que monitorea y analiza el tráfico de red, con lo cual pudo espiar miles de llamadas y mensajes del personal del DTRA (Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa) y obtener nombres de usuarios y contraseñas para acceder a 10 ordenadores militares.




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