27/12/2023
Menos gasto en compras para el festejo tradicional de Navidad. Carne que baja porque no se vende. Supermercados que se dan cuenta que necesitan del consumo de la gente y por eso lanzan una canasta propia con descuentos del 20%. Todo inmerso en un enorme desafío para la flamante gestión de Milei: hacerle ver a la población que después del sacrificio habrá una luz de esperanza al final del camino. ¿Lo logrará?
Las ventas bajaron durante Navidad. Algo que ocurre,
solamente, cuando las condiciones de la economía son decididamente negativas.
Esto se nota en la era de Javier Milei pero no es solo su culpa.
La inflación de diciembre tiene dos puntos importantes: la
alta emisión monetaria que se libró durante los últimos meses de la gestión de
Alberto Fernández y la liberación de precios que se decidió tomar durante las
dos primeras semanas del Gobierno de Javier Milei. En ambos casos sus
respectivos ministros de economía, Sergio Massa y Luis Caputo, tuvieron que ver
en las medidas que terminaron asumiendo los presidentes de sus gobiernos.
Para muestras de la realidad, alcanza con describir que una serie de supermercadistas, nucleados en la Red Argentina de Supermercados, han tomado la decisión de ofrecer, por dos meses, una canasta de productos con descuentos del 20%. Dicen que es para acompañar a los argentinos, mas es sabido que las ventas están en picada y lo que más necesitan es que no se derrumben sus números en los próximos meses. Inédito.
CAME difunde malos resultados
Para la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)
los argentinos sufrieron la pérdida de poder adquisitiva y la reflejaron en las
compras minoristas.
Según la entidad empresarial, las ventas navideñas en los
comercios minoristas pymes bajaron 2,8% frente al año pasado a precios
constantes, y el 44% de ellos vendió menos de lo esperado. Este año, según
CAME, "la Navidad 2023 resultó una fecha muy desafiante, marcada por el
recambio de Gobierno, la devaluación de la moneda y fuertes subas de precios
que afectaron la demanda dando lugar a unas fiestas más austeras".
La otra punta del promedio estuvo en Mar del Plata, donde la
UCIP, entidad agrupada a CAME, reveló que la caída en las ventas fue del 8,3% y
el ticket promedio apenas llegó a los $ 19.560.
En cuanto a los seis principales sectores relevados, a nivel
nacional, solo dos mostraron crecimiento: Indumentaria, con un aumento del
9,2%, y Librerías, que experimentó un incremento del 8,8%.
Sin embargo, los demás rubros sufrieron descensos, siendo el
peor desempeño el de Cosmética y Perfumería, con una retracción del 23,5% en
comparación con la festividad del 2022. En tanto, Jugueterías, un ramo crucial
en esta temporada, registró una leve contracción del 0,3% anual, mientras que
Calzados disminuyó un 13,6% y Electrodomésticos perdió 7,9%.
El gasto promedio por compra se situó en $25.860. A pesar de
los desafíos, estos datos sugieren cierta resiliencia en el comportamiento de
los consumidores durante las festividades. Los datos surgen de un relevamiento
realizado por CAME entre el viernes 22 y el domingo 24 de diciembre en 230
comercios pymes del país.
Curiosidad, carne a la baja
La baja de la carne está vinculada a un acuerdo entre los
privados. Desde la industria cárnica, puntualmente los frigoríficos, ofrecieron
acordar a los puntos de venta para que no se detenga la actividad.
Esto se logró sin la intervención del Gobierno y por la
reticencia de los consumidores a la compra. Lo que sucedió fue que la gente
mermó en las compras y cayeron las ventas en las carnicerías y los
supermercados.
Mientras la hacienda que iba a matadero seguía de manera
constante, empezaba a acumularse carne en las cámaras frigoríficas. Por eso,
los frigoríficos ofrecieron una reducción en el precio para "limpiar"
las cámaras y evitar que la carne quede sin frío.
El efecto "baja de carne" no se dio por presión
del Estado a los eslabones intermedios de la cadena de consumo sino, como
ocurría en el gobierno de Alberto Fernández. Fue por una mera y concreta
necesidad derivada de la estanflación que ya empieza a sentirse.
Está claro que los datos no son positivos. Sin embargo, es
importante mantener la expectativa positiva, en lo posible. La economía se
nutre, de manera fundamental, de datos duros y blandos. En este último están
las expectativas, por lo que si los datos son malos y las expectativas también,
la tormenta puede ser dramática. Para cambiar eso, el Gobierno debe dar señales
nítidas de que después del esfuerzo habrá un horizonte favorable para empezar
el desarrollo virtuoso.
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