29/04/2025
El fin del cepo y de la brecha cambiaria supuso una leve devaluación en la primera semana de vigencia del nuevo esquema de cotización del dólar, que 'flota' entre dos bandas ubicadas en los $ 1.000 y los $ 1.400.
Esto implicó algún temor de que el aumento del tipo
de cambio, aunque no fue significativo, se traslade a precios, sobre todo en
cadenas dolarizadas, como la mayoría de las que están vinculadas al sector
agropecuario.
Entre ellas, la de ganados y carnes suele ser una
muy sensible a las variaciones de la divisa estadounidense y por eso uno de los
impactos directos que se temió fue sobre el precio del asado, que ya aumentó
con fuerza en las últimas semanas.
Sin embargo, desde los frigoríficos sostienen que la
hacienda está en valores altos en términos históricos, por lo que no hay tanto
margen para nuevos incrementos.
EL
NUEVO DÓLAR Y LA CARNE
En su editorial mensual, el presidente de la
Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Daniel
Urcía, sostiene que la puesta en vigencia de las nuevas medidas económicas en
lo inmediato significa un recupero de competitividad para el tipo de cambio
exportador, ya que el valor del dólar en los primeros días de su vigencia
supera al dólar blend anterior.
De todos modos, enciende una primera señal de
alerta: 'Habrá que estar atentos a su valuación, porque sería contraproducente
para el sector que la divisa se ubique en la banda inferior de la flotación'.
Desde su punto de vista, este es el motivo por el
cual los operadores son cautelosos al momento de confirmar compras de hacienda
para la faena.
Y recuerda al respecto que, en el sistema anterior,
y medida en dólares, el valor de la hacienda era el más caro de la región y muy
superior al que tiene en Paraguay y Brasil. Además, había mucha incertidumbre
sobre la evolución cambiaria.
En este marco es que pone el foco en el valor de la
carne. 'En el plano interno, luego de la recomposición de precios de hacienda
de febrero y marzo y estando el valor de esta por encima de los promedios
históricos, en algunas categorías tocando techos, no hay que esperar nuevos
aumentos y, en consecuencia, el precio de la carne al consumidor debiera
mantenerse en los valores actuales', remarca.
DESPUÉS
DEL FIN DEL CEPO, MÁS MEDIDAS
Por otro lado, Urcía menciona en su columna la
necesidad de que se aborden otras medidas que ayuden a crecer al sector.
'Bienvenido el nuevo esquema cambiario, ahora hay que trabajar en las medidas que requiere el sector y que llevan mucho tiempo postergadas', subraya.
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Su opinión es que 'es tiempo de encarar algunas
reformas estructurales de tipo impositivo, sanitario y laboral' y que, para
ello, 'es necesario que el Congreso se involucre en las cuestiones que necesita
el sector productivo para bajar la presión fiscal y facilitar la creación de
empleo que hace décadas está estancado'.
'La reducción de la alícuota de IVA para con el servicio
de faena es una modificación mínima a la Ley de IVA que hace años la
solicitamos y nadie se ocupa. El cambio de valuación de hacienda descansa
plácidamente adormecido en los cajones de los legisladores', cuestiona.
Asimismo,
señala el siempre pendiente debate sobre un status sanitario único a nivel
nacional.
'En el ámbito sanitario se había incluido en el
proyecto original de Ley Bases un capítulo especial, estableciendo un estatus
básico sanitario para los frigoríficos de todo el país. La reciente visita e
informe preliminar realizado por el servicio sanitario de México pone en
evidencia que es un tema de singular importancia y, así como debemos trabajar
en el estatus sanitario nacional, es necesario fortalecer y dotar de recursos a
Senasa como organismo competente', afirma.
Y completa: 'La sanidad debe ser una política de
Estado. Es la única forma de asegurar la inocuidad de nuestras carnes para
nuestros consumidores y para los importadores de cualquier parte del mundo'.
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