El Gobierno lanzó un plan de acción para mejorar la seguridad en el sistema ferroviario con una inversión millonaria

En el marco de la Emergencia Ferroviaria declarada en junio de 2024, el Gobierno nacional presentó un ambicioso plan de acción para enfrentar la crisis de seguridad operacional que afecta al sistema ferroviario argentino. El proyecto, impulsado por la Secretaría de Transporte, contempla una serie de 226 obras con una inversión que superará los 45 mil millones de pesos.

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El plan tiene como objetivo primordial mejorar la seguridad de los servicios ferroviarios, fortalecer la infraestructura y optimizar el uso de los fondos públicos, priorizando la actualización de sistemas y el reemplazo de material rodante deteriorado. En este sentido, el Ministerio de Economía trabaja en coordinación con Trenes Argentinos Infraestructura y Operaciones para llevar adelante una serie de obras clave.

Las 226 obras incluyen 109 proyectos de mejora de vías y puentes, 56 de señalamiento, 33 civiles y 28 eléctricas. De estas, 45 ya están en marcha, mientras que el resto está programado para iniciar en los próximos meses. Entre los trabajos más destacados se encuentran la renovación de vías en la línea Roca, el sistema de señalamiento de Retiro en la línea Mitre y la puesta en marcha de un sistema de Frenado Automático (ATS) en varios tramos de las líneas San Martín, Sarmiento y Mitre, destinado a mejorar la seguridad en la circulación de trenes.

Obras destinadas a abordar la situación crítica que enfrenta el sistema ferroviario en Argentina

Además, el plan incluye la renovación de tramos de vías en diversas líneas del AMBA, como el ramal Tigre de la línea Mitre, la línea Belgrano Sur y el trayecto Constitución-La Plata. También se prevé la adquisición de nuevas locomotoras y la compra de 50 triplas diésel para diversas líneas, lo que permitirá renovar el parque de material rodante y optimizar la capacidad operativa.

La mejora de la infraestructura también abarcará la adquisición de repuestos y equipos para mantener y reparar las formaciones, muchas de las cuales no recibieron el mantenimiento adecuado en los últimos años, lo que ha dejado fuera de circulación una gran parte de las locomotoras, como las de la línea San Martín, que en su mayoría carecen de mantenimiento.

Aparte de las obras de infraestructura, el plan se centra en la eficiencia del gasto. Se han eliminado contratos innecesarios y se ha reducido el uso de recursos, como la flota de vehículos y los servicios de telefonía móvil, que fueron considerados gastos innecesarios. Esta nueva estrategia se enfoca en priorizar inversiones que impacten directamente en la seguridad y el funcionamiento del sistema ferroviario, en lugar de obras de bajo impacto, como las mejoras estéticas en estaciones, implementadas en gestiones anteriores.

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El contexto que llevó a la declaración de la Emergencia Ferroviaria fue el deterioro generalizado del sistema, que incluía una falta alarmante de repuestos, infraestructura en mal estado y una gestión ineficiente de los recursos. Con deudas que superaban los 100 millones de dólares y un sistema marcado por la desigualdad en los subsidios, el gobierno actual ha destinado recursos por un total de más de $1.290 millones de pesos para mejorar la operatividad y la seguridad ferroviaria.

Este enfoque integral, que incluye tanto las obras de infraestructura como la renovación del parque de material rodante y la optimización del gasto, busca transformar el sistema ferroviario nacional y garantizar condiciones de seguridad más estrictas para los pasajeros.