29/11/2024
A poco de cumplirse un año del estreno de La Sociedad de la Nieve, la nueva película basada en la tragedia de los Andes que se volvió un verdadero fenómeno global. La cara del film, Enzo Vongrincic reapareció en medios y reveló que sufrió de depresión luego del éxito cinematográfico que lo catapultó del anonimato al estrellato muy rápido.
Desde el casco viejo de Montevideo en uno de sus
café favoritos: Café Brasilero, el intérprete e ídolo uruguayo dejó su bajo
perfil de lado y, como pocas veces, accedió a una íntima y sincera entrevista
con GQ México y Latinoamérica. Tras 5 meses, entre ensayos y
rodaje, además de 20 kilos menos, Enzo Vogrincic volvió a Montevideo y cuando
llegó, se deprimió. 'Fueron días muy salados. Pensaba que nada tenía sentido,
que lo que había hecho no importaba, que lo había hecho mal. No encontraba el
sentido de estar en Montevideo', reveló el episodio de depresión que
sufrió.
Y detalló: 'De un día para el otro nadie te llama, nadie te necesita, no sos Numa, sos Enzo, otra vez volvés a lo mismo de siempre y queda como un vacío'. La delirante charla que ayudó a Enzo Vogrincic a replantearse todo
Luego de atravesar tan compleja situación mental,
cuando se recuperó, Enzo tuvo que volver a España a rodar el último tramo del
largometraje en un set. Esta vez, tal y como especifica en la entrevista,
después del rodaje decidió quedarse dos semanas más en Madrid para ecualizar
sus emociones antes de volver definitivamente a Uruguay.
Sobre esa línea, recuerda una anécdota que lo marcó
y que lo ayudó a encontrar su eje emocional: Un día, después de tomar un tren
aleatorio y bajar en una estación cualquiera, se sentó a comer. El cielo se
despejó, salió el sol y aparecieron unos pajaritos. De pronto, se le acercó un
hombre llorando y le pidió dinero.
Hecho que terminó con el uruguayo invitándolo a la
mesa: 'Quédate a comer'. Así, empezaron a conversar, y narró la charla del
desconocido: 'Vos me ves así pero yo era neurocirujano. Hace un año perdí a mi
esposa y a partir de ahí nada tiene sentido, lo único que quiero es irme con
ella', contó. Enzo también sentía que nada tenía sentido, por lo
que intentó ayudar y le preguntó si tenía hijos. 'Tenía dos', señaló,
y recordó que le aseguró que sus manos de cirujano ya no eran las suyas, que
habían sido cambiadas por las manos de Dios. Y que se despidió con la siguiente
frase: 'Si un día tenés un problema en la ruta, yo voy a estar ahí para
ayudarte'.
La secuencia era delirante y Vogrincic no entendía si eso que estaba sucediendo era real. '¿Dónde está la cámara?', pensó. Sin embargo, destacó que el encuentro destrabó algo dentro suyo que le permitió regresar a Montevideo. 'De golpe me sentía bien, valoraba mis cosas, lo bueno que me estaba pasando', aseguró.
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