31/10/2024
La industria editorial argentina no estuvo exenta de la caída generalizada del consumo que se dio en la Argentina, en especial en los primeros seis meses del año, con una baja generalizada que rondó entre el 30 y 40%, según miden en la industria. Aunque hay luces en el horizonte, porque según Gastón Etchegaray, CEO en Argentina, Uruguay y Chile de Grupo Planeta, en los últimos dos meses se empezó a ver un repunte, que podría mantenerse y mejorar de cara a los últimos tres meses del año, que coinciden con la temporada de fiestas, una de las más fuertes para la industria.
El otro tema de debate
en la industria se dio ante la potencial derogación de la Ley de Defensa de la
Actividad Librera, que rige desde 2001 y establece que son los editores quienes
fijan el precio del libro para todos los puntos de venta, en el cual no se
puede aplicar más de un 10% de descuento. "Estamos trabajando con las
cámaras, todos en línea en la industria para seguir manteniéndola. Es el modelo
que hay en España, Francia y otros países. Y cuando ves los países donde no
está, es complicado. Lo que se pierde, más que nada, son puntos de venta. La
buena señal es que se siguen abriendo librerías en el país. Es dinámico el
mercado", explica Etchegaray.
A nivel mundial,
Planeta está dentro de los ocho principales grupos editoriales, y tiene
diferentes unidades de negocio. En España, su principal mercado, incluso posee
medios de comunicación, como Antena 3 y La Sexta, además de periódicos.
"Está el negocio madre de librerías, que es el que repetimos en la mayoría
de Latinoamérica, que es la venta de libros a través del retail. El grupo es
dueño también de Casa del Libro, la principal cadena de librerías en
España", explica el ejecutivo. También sigue existiendo el negocio de
venta directa -que, históricamente era el que vendía por ejemplo las
enciclopedias, con el puerta a puerta. "Hoy, se sigue vendiendo, aunque no
lo crean. Hay una línea de negocios que se llama Ártica, son obras de arte, con
ediciones muy acotadas, y eso se sigue vendiendo con la visita del vendedor,
dice Etchegaray. Y completa: "Uno de los negocios más nuevos en los que
incursionó el grupo, y que creció mucho, es formación. Estamos en cerca de 20
universidades y somos el grupo editorial que más alumnos tiene en España.
También está en Francia, Marruecos y Colombia. El negocio de educación es
prioritario. Hay formación universitaria, de posgrado, académica, presencial y
online. En pandemia se dio un pico muy grande de crecimiento".
¿Y
en Argentina?
Tenemos el negocio de
librerías. Lo dividimos en diferentes canales, como las librerías que todos
conocemos (Librerías 1). Después tenemos Librerías 2, supermercados, que lo
hacemos a través de un distribuidor. Está la línea Planeta Lector, los contenidos
de nuestro fondo para la lectura complementaria, que les hacemos llegar a los
colegios; así como está el texto, tenemos un catálogo muy extenso de libros de
lectura complementaria. Está la venta online, el ecommerce, con tienda propia
que lanzamos en plena pandemia. Y líneas de negocios en las cuales hacemos
contenidos para empresas y ofrecemos nuestro catálogo cuando el Estado compra.
Generamos contenidos para quien necesite desarrollar contenidos. Y está el
negocio digital, donde entran los e-books y audiolibros.
¿Cómo
funciona el negocio editorial en Argentina? Desde que alguien tiene una idea
hasta que llega el libro a manos del lector...
A partir de la creación
de un autor o autora, nos llegan los contenidos. Obviamente, también hay
autores a los que se contrata directamente. Pero el autor de primera vez acerca
a la editorial un contenido y un comité analiza todas las propuestas que
llegan. Nuestro negocio trabaja con planes de largo plazo. No diría que el 2025
está todo cerrado, pero prácticamente sí. Se trabaja con mucho plazo, porque a
veces tenés autores que tienen su libro listo, y en otros casos tienen una muy
buena idea pero lo tienen que escribir. También pueden surgir ideas de los
propios editores, por ejemplo en no ficción, para determinados autores. Es un
proceso creativo muy lindo. Parte del trabajo de la editorial es el trabajo del
editor con el autor, acompañando todo el proceso. Después viene el trabajo
interno de maquetación, corrección de estilo, diseño de tapa. Se lanza al mercado
y se va armando el catálogo. También compramos traducciones o libros
extranjeros. Por ejemplo, el género young adult está volando en todos los
mercados y viene en simultáneo y funciona mucho. La comunicación nos exige
estar muy al día. Antes, una novedad que se lanzaba en España en Latinoamérica
lo podías sacar a los seis meses. Eso ya no pasa. El nivel de comunicación a
veces te exige hacer lanzamientos en simultáneo. Por un lado nos benefició
porque hizo más ágil el negocio, todo lo interesante que se publica afuera está
acá.
¿Cómo
afectó la coyuntura en los últimos años, con las complicaciones para importar?
El hecho de no poder
traer importados durante los últimos años ha complicado mucho la oferta en
general, porque a veces no podés imprimir todo acá. Había incluso una
resolución que nunca mucho sentido porque ningún libro impreso usa tinta con
plomo, es algo totalmente regulado, pero era una trama más. Ahora ya podemos
importar y la decisión se toma a nivel negocio. Casi todo lo que publicamos se
hace en Argentina, no importamos prácticamente nada. Ahora que se abre nos da
la posibilidad de traer y ampliar la oferta. Por ejemplo, tenemos una línea de
cómics o manga que los hacemos acá, pero no podemos hacer todo lo que tenemos
disponible, porque capaz son colecciones de 30 libros. A partir de ahora
podríamos ampliar un poco la oferta en muchas líneas de negocio. Eso dinamiza
el mercado y ayuda a mover un poco los precios, es interesante.
¿Cuál
es el desafío hoy? ¿Cómo impactó la caída del consumo?
Se está acomodando un
poco todo. En Argentina, cuando comparas en dólares el mismo libro con todos
los países, estamos altos. Pero venimos de un ritmo de inflación que nos llevó
a los precios ahí. Estamos en esa etapa de corrección. Las ventas cayeron mucho.
La buena señal es que en los últimos 60 días dejó de caer. Esperemos que se
sostenga en el tiempo. Lógicamente, se perdió mucho volumen porque cayó el
poder adquisitivo. El mercado estuvo 30/40% abajo. Capaz hoy, comparado en
volumen contra el año anterior, en el acumulado podés estar en un 7/8/9%. Si
llegamos con un 5% abajo, estaremos contentos. Nuestra mejor época son las
fiestas, es cuando más consumen libros, y en verano. Vamos a ver cómo se llega.
Creo que la gente va a responder porque depende mucho del plan editorial que
tengas. Si tenés buenos libros, mueve mucho el retail.
¿Qué
compone el precio de un libro?
Está por un lado la
parte industrial, como el papel y la impresión. Al hacerlo acá, estamos atados
a las paritarias. Todos los aumentos de servicios, combustible y transporte
terminan afectando. Hay una parte, que es el descuento del retail, que es alto
y puede llegar al 45 o 50% del precio de tapa. Los libros se consignan: los
editores asumen un riesgo cuando te dan el libro para que lo vendas. Cuando lo
vendés, avisás y lo liquidás. De ese precio que se ve en la librería, el 50% se
lo queda el mercado; ahí también está el porcentaje que se lleva el autor (que
arranca en 10%), el costo industrial y demás, hasta que queda el margen. Es
complejo el negocio, no es fácil. Libro que no vendés, al final es un costo
hundido. Hay muchos títulos diferentes. Algunos venden mucho, pero también
tenés que apostar por los nuevos. Un poco el trabajo que hace el equipo
editorial continuamente es buscar autores.
¿Son
caros los libros?
¿El libro es caro
comparado con qué? El libro sigue siendo el producto más barato del mercado
para regalar. Y sigue siendo un gran regalo. Hay que volver a regalar libros,
porque que te regalen un libro habla mucho más que te regalen una prenda de
ropa por ejemplo. La oferta es monumental y está muy bueno que haya tanta
oferta editorial para que la gente pueda elegir lo que quiera.
¿Qué
tendencias hay en el mercado? ¿Qué lee la gente?
En países grandes, como
Argentina, la edición local pesa mucho. El grupo publica más de 4.000 novedades
al año de todos sus sellos editoriales. Pero necesitamos muchos títulos
locales. Solo de la oferta de afuera no nos alcanzaría. Tenemos por ejemplo a
Gabriel Rolón, que tiene el libro más vendido del año. También la no ficción
local, como Ernesto Tenembaum con su libro sobre Milei, una crónica alucinante
para entender el fenómeno de lo que está pasando hoy en Argentina. Es el primer
libro sobre Milei de un periodista importante. Tenemos muy buenos periodistas y
autores locales. Hay, además, libros que son fenómenos mundiales y van a ir
creciendo. Pero localmente hay muy buena ficción comercial, literatura local y
no ficción.
¿Ven
reflejadas en las ventas locales el impulso cuando algún libro se transforma en
película o serie, o cuando se viraliza en las redes sociales?
Si analizás el mercado,
la gran mayoría de las películas o series son adaptaciones. Está pasando mucho
esa relación con las grandes plataformas de los contenidos. A nosotros nos está
sucediendo con El Eternauta, que es un clásico que contratamos hace varios años
y siempre vende. Ahora, con la serie, tiene otra vida. Y a veces los libros se
disparan... el equipo de Marketing y Comunicación está muy pendiente de eso.
Trabajamos por ejemplo con el público joven para que conozcan autores. Se
trabaja con las redes. Tenemos que estar ahí y trabajar a la par de ellos. Es
un fenómeno que, como en otras industrias, llegó para quedarse.
Después de tanto
pronosticar la muerte del papel, parece estar conviviendo con los libros
digitales y los audiolibros...
El libro físico se
mantiene fuerte. El mercado más maduro es Estados Unidos y ahí el digital no
pasa del 30%. En Latinoamérica, está en torno al 10% sumando e-book y
audiolibro. El audiolibro es un fenómeno que acá todavía no llegó fuerte, pero
que en todos los mercados empieza a crecer. En Estados Unidos ya sucedió.
Requiere mucha más inversión para cada libro. Pero conviven. Está bueno porque
hay público para todo. Por ejemplo, en el segmento de gente mayor crece el
audiolibro, porque si tienen problemas para ver, poder escuchar una novela es
muy bueno. Todo convive. Las grandes plataformas, como Audible, todavía no
están fuerte acá, porque los impuestos lo encarecen. No estamos en las mejores
condiciones para decir que el mercado está funcionando bien. Pero es un mercado
en el que hay que estar y cuando se puedan hacer las cosas mejor, hay un
espacio para crecer.
Radiografía
de la industria
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Las
ventas generales del mercado cayeron entre 30% y 40% en el primer semestre,
aunque en los últimos dos meses se ve un repunte.
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La
Ley de Defensa de la Actividad Librera, que rige desde 2001, establece que son
los editores quienes fijan el precio del libro para todos los puntos de venta,
en el cual no se puede aplicar más de un 10% de descuento.
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El
costo del papel, que solía representar el 35% del costo industrial del libro,
hoy ronda el 55%, según la Cámara Argentina del Libro.
·
En
2023, la cantidad de libros que se editaron por primera vez en soporte papel
cayó un 24%. Comparando con el período que empieza en 2016, en ocho años la
tirada promedio total cayó un 39%, según la Cámara Argentina del Libro.
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