17/10/2023
El Gobierno nacional la promulgó este martes. Había sido aprobada por el Congreso la semana pasada. Intenta traer certidumbre a millones de inquilinos en medio de la crisis económica que atraviesa el país.
Por medio de un decreto publicado en el Boletín Oficial, la
nueva Ley de Alquileres entró en vigencia, aunque todavía habrá que esperar
unos días para que los nuevos contratos se formulen bajo esta normativa.
En principio, la nueva ley deja en claro algunas cuestiones:
que los contratos se mantienen por un plazo de 3 años; que los ajustes serán
cada 6 meses; que se aplicará un coeficiente que surgirá del 90% del
coeficiente Casa Propia que se usa para las actualizaciones de los créditos
Procrear más el coeficiente de variación salarial. Siempre, se aplicará el que
sea más favorable al inquilino.
Después de la media sanción en la cámara de Diputados, el
proyecto tuvo modificaciones en el tratamiento en el Senado. Por eso debió
retornar a la cámara de origen, donde los cambios que le hicieron los senadores
fueron refrendados por 128 votos a favor.
En ese marco, quienes avalaron la nueva ley fueron diputados
del espacio kirchnerista, dos diputados del Interbloque Federal, uno de Juntos
por Rio Negro y cuatro de izquierda.
En cambio, la normativa tuvo 114 votos en contra, que
provinieron de las bancadas de Juntos por el Cambio, los libertarios y algunos
legisladores provinciales.
Errores de cálculos
A pesar de que la nueva ley persigue como objetivo principal
el de aportar tranquilidad a las partes involucradas en las operaciones, las
voces que se levantaron desde los colegios inmobiliarios de la provincia de
Buenos Aires, fueron esquivas a convalidar esa tesitura.
De hecho, los martilleros afirman que lejos de favorecer la
fluidez del negocio, lo que la nueva ley generará es que se extinga el mercado
de alquiler para vivienda familiar.
Dicen que los propietarios ven inconvenientes en la
modalidad de alquiler por 36 meses y que las actualizaciones semestrales son
poco apreciadas por los dueños, en un contexto de alta inflación y volatilidad
cambiaria.
Aunque también es real que mantener un departamento vacío no
es para nada rentable. Si no se tiene un ingreso que permita ese "lujo" casi excéntrico,
hoy en día las expensas, los impuestos y los servicios -así sea a tasa bien
baja por consumo nulo- son una erogación elevada. El problema es que muchos
propietarios esperan que la renta del alquiler sea equivalente a un sueldo,
como históricamente se pensaba. Pero eso ya no ocurre, porque los valores son
altos y los gastos de la gente también.
Un rompecabezas por
resolver
Desde la política tampoco ayudan demasiado para mejorar el
presente de los inquilinos ni de los propietarios. La candidata presidencial de
Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, afirma -cuantas veces se le consulta
sobre el tema- que derogará la ley que sancionara el Congreso, en caso de ser
elegida presidenta.
Tampoco está de acuerdo con la misma ley el candidato de La
Libertad Avanza, Javier Milei, ya que su bancada, al igual que la de Bullrich,
votaron de manera negativa a las modificaciones.
Sin embargo, nadie recuerda que todo empezó cuando el
entonces diputado de JxC, Daniel Lipovetzky, impulsó la primera ley que
"rompió" el mercado. Incluso hubo una autocrítica de Lipovetzky
admitiendo que aquella ley fue un error por sus efectos contrarios a lo que se
pretendía mejorar.
En ese contexto de idas y vueltas, cuatro millones de familias argentinas no tienen techo propio y dependen
de un alquiler para vivir. Si la dirigencia no asume que el problema es
multicausal y se debe abordar con un amplio consenso social, donde todos los
actores del sector puedan hacer su aporte a la solución, pues entonces ocurrirá
lo que los martilleros anticipan. El problema es que la gente en la calle no
puede quedar. Y algún sector deberá hacer un esfuerzo mayor.
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