Milei inauguró las sesiones del Congreso con un discurso con pocos anuncios y ausencias clave

En un recinto semivacío y con la militancia libertaria ocupando los balcones para vitorearlo, el presidente Javier Milei abrió las sesiones ordinarias del Congreso con un discurso cargado de elogios a su propia gestión.

Mientras la oposición dura decidió no asistir y la Plaza del Congreso lucía desierta, el mandatario buscó compensar el impacto visual con el fervor de sus seguidores dentro del recinto.

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"Somos el mejor gobierno de la historia argentina", proclamó Milei, despertando la ovación de sus simpatizantes en las galerías.

La frase, de marcado tono triunfalista, recordó a la polémica autodefinición del ex presidente Mauricio Macri sobre su equipo de gobierno: "El mejor equipo de los últimos 50 años".

Un discurso sin referencias al escándalo $LIBRA

A pesar de que el escándalo de la criptomoneda $LIBRA dominó la agenda mediática en la semana previa, el presidente evitó referirse de manera directa al tema. La única mención llegó en tono desafiante:

"Vengan ahora a hablar de estafa piramidal, dale", lanzó Milei, sin profundizar en las denuncias que se multiplican en tribunales argentinos y estadounidenses.

Mientras tanto, los diputados del Frente de Izquierda intentaron exponer el tema con carteles en sus bancas, pero la seguridad del recinto retiró los afiches antes de la llegada del presidente.

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Tensión con Villarruel y un final inesperado en cadena nacional

El distanciamiento entre Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel quedó expuesto desde el inicio del acto. Aunque ella intentó recibirlo en la explanada del Congreso, el mandatario evitó saludarla y la transmisión oficial apenas la mostró.

La grieta interna se hizo aún más evidente cuando Villarruel intentó dar por finalizada la cadena nacional antes de que Milei terminara su discurso, provocando un incómodo intercambio en vivo:

"No terminé, digo no me apures", le recriminó Milei con tono molesto. La vicepresidenta, entre risas nerviosas, respondió con un tímido "perdón".

Este episodio reafirma las tensiones entre ambos, que no compartían un acto público desde noviembre del año pasado.

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Los nombramientos en la Corte Suprema y la reacción de la oposición

Otro de los temas que generó controversia fue la designación por decreto de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema.

Mientras García Mansilla se ubicó junto a los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, Lijo brilló por su ausencia, frustrando a quienes esperaban verlo en el recinto.

Desde la oposición, este nombramiento fue duramente criticado, considerándolo un avasallamiento institucional.

Marcela Pagano y una postal distinta en el Congreso

Más allá de los enfrentamientos políticos, una imagen diferente se destacó en la Asamblea Legislativa: la diputada Marcela Pagano asistió con su bebé en brazos, a quien sostuvo y acunó durante toda la sesión.

El Presidente, en un inusual gesto de ternura, se acercó a la ex periodista y acarició al niño.

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Recinto semivacío. Gran parte de los diputados opositores no participaron de la Apertura de Sesiones (Foto: Agencia NA).

Escándalo en los pasillos: enfrentamiento entre Caputo y Manes

Uno de los momentos más tensos de la jornada se produjo fuera del recinto, cuando el asesor presidencial Santiago Caputo protagonizó un cruce con el diputado Facundo Manes.

La disputa comenzó durante el discurso de Milei, cuando el mandatario chicaneó al neurocirujano:

"Te va a hacer bien leer la Constitución porque quizás tu versión es con IA y cambia de libertaria a kirchnerista como hiciste vos", lanzó Milei.

Manes, en respuesta, giró su Constitución y se la mostró a Caputo, quien reaccionó con evidente enojo. Minutos después, la tensión escaló en los pasillos del Congreso, donde el asesor presidencial "pecheó" y amenazó al legislador radical.

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Restricciones a la prensa y forcejeos con la seguridad

Al concluir la Asamblea Legislativa, los periodistas acreditados se encontraron con una situación inusual: fueron retenidos en su sector sin poder abandonar el recinto.

La medida generó momentos de tensión, con forcejeos entre la seguridad y los comunicadores, quienes denunciaron intentos de amedrentamiento.

Mientras estos incidentes ocurrían, Milei ya se dirigía a la Casa Rosada, cerrando su discurso con su habitual arenga:

"¡Viva la Libertad, carajo!", repitió tres veces, reforzando su sello personal en el acto de apertura de sesiones.