Pablo Micheli: "Los que defiendan a Milei serán responsables de las vidas que cueste recuperar la democracia"

No es solo una "Ley Ómnibus" el gigantesco proyecto presentado por el gobierno nacional para la reforma del Estado, ni es solo un mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) el firmado por el presidente Javier Milei en favor de la desregulación económica: para el sindicalista Pablo Micheli, cuya trayectoria comenzó en los años '90 y hoy parece trazar un círculo perfecto para retornar al lugar de sus orígenes, "ni siquiera la dictadura se animó a hacer lo que está haciendo esta gestión". Frente a ello advierte: "Los dirigentes que defienden a Milei serán responsables de las vidas que cueste recuperar la democracia".

"Estos tiempos me recuerdan más a la dictadura que al menemismo. Esto es más duro inclusive que Domingo Cavallo; es más parecido a José Alfredo Martínez de Hoz", contrasta el referente obrero. Sus comparaciones entre los históricos ministros de Economía sugieren un regreso a estruendosos episodios sociales de la historia Argentina reciente. Enseguida vuelve sobre sus pasos: "Creo, no, estoy seguro de que ni siquiera la dictadura militar en términos económicos y de libertades públicas se animó a hacer lo que está haciendo este presidente".

Micheli presidió la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA Autónoma) entre 2010 y 2018. Su carrera en la política empezó con la fundación misma de la central sindical tras su separación en 1992. A finales de la década, el gobierno de Carlos Saúl Menem daría paso a la breve presidencia de Fernando De La Rúa; y esa gestión, a su vez, al "corralito", al helicóptero y al estallido del cambio de siglo. A 22 años de estos hechos, el dirigente sindical recuerda aquellos días con pesar: "Ojalá que el gobierno de Milei no termine como en 2001. Ojalá que podamos lograr que este presidente vuelva atrás con el DNU y con la Ley Ómnibus, que termine perdiendo en el Congreso o que la Justicia lo rechace. De no ser así, lamentablemente va a terminar en un gran conflicto social en la calle".

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Para el dirigente, los cacerolazos improvisados en contra de las medidas de la flamante gestión de La Libertad Avanza son reminiscentes de aquel trágico diciembre. Hoy, Micheli es uno más entre los manifestantes. Cree que los proyectos del Ejecutivo "podrían terminar en un estallido" y no duda de la voluntad de lucha de la ciudadanía: "El pueblo argentino no tolera, como en el pasado con De La Rúa, vivir en estado de sitio. La economía golpea al pueblo, lo lastima, pero cuando tocan la democracia la gente salta y sale; pacíficamente, pero sale. No quiere perder sus derechos. Y esa es la política de este gobierno, ese es el protocolo que lleva adelante el PRO con La Libertad Avanza, que de libertad no tiene nada".

Ese es uno de los frentes donde en estos días se plantea la lucha: la calle. La Confederación General del Trabajo (CGT) ya ha anunciado un paro y movilización masivo en contra de las primeras medidas del gobierno para el 24 de enero próximo. Micheli anticipa su participación en la convocatoria, aunque cree que "con un solo paro no va a alcanzar". No teme que sea "demasiado pronto" para una protesta de este tenor: "Hay que actuar ahora que todavía estamos casi enteros. Si esto avanza van a quedar jirones, no solo del pueblo sino de la democracia argentina". El otro foco de actividad será el Congreso, que debe expedirse acerca de la validez del mega DNU y debatir la Ley Ómnibus en sesiones extraordinarias.

"Los proyectos no deberían pasar. Debería primar el sentido común y la defensa de la democracia. Esta ley es antidemocrática, autoritaria, dictatorial y compulsiva, porque es una imposición brutal del Poder Ejecutivo. Ningún partido la debería aceptar porque se estaría pegando un tiro en los pies. El texto le da superpoderes a Milei por cuatro años, o sea que habría que cerrar el Congreso si votan eso: sería una locura que un diputado o un senador justifique votar que él pierde las funciones. Los legisladores que voten eso no deberían cobrar más el sueldo. Deberían renunciar, porque el Congreso está cerrado. Todo eso lo paga el pueblo: si verdaderamente no van a trabajar, que no cobren más", postula Micheli.

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El dirigente considera que las iniciativas reglamentan "una usurpación de poder absolutamente ilegítima e ilegal, que viola brutalmente la Constitución Nacional y todos los pactos internacionales" del derecho. "Es un ataque a la división de poderes. Solamente un grupito muy reducido de poderosos empresarios argentinos se beneficia con esto, pero la gran mayoría de la población está afectada, inclusive la gente del campo. Por lo tanto, hay que lograr una unión entre todas las clases sociales contra este decreto y contra esta ley, y hacer una presentación judicial poderosa para que la Justicia no avale el atropello a la Justicia", sugiere. En las calles, la cita más importante será el 24 de enero.

"No merecemos esta brutalidad dictatorial que estamos viviendo de la mano de este gobierno. Forma parte, yo digo, de una anarquía, pero creo que ni siquiera los anarquistas tenían ideas tan extremas como las que tiene esta gestión. Milei no tiene escrúpulos; estamos frente a un emperador romano más que un presidente", condena Micheli. Interpreta una "amenaza" a la democracia, la cualidad más preciada del Estado de derecho. Y augura un pasaje de factura: "Ya se quiso hacer esto, se hizo muchas veces, y este pueblo salió airoso. Le costó mucho, eh. Los dirigentes que defienden a Milei serán responsables de las vidas que cueste recuperar la democracia".

Por Manuel Román.