El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, calificó este viernes los aranceles impuestos por la Administración estadounidense a los productos japoneses como una "crisis nacional", en un contexto de creciente tensión comercial entre Japón y Estados Unidos. Durante una sesión parlamentaria, Ishiba expresó su profunda preocupación por el impuesto del 24% sobre las importaciones japonesas, una medida impulsada por el presidente Donald Trump que, según el líder nipón, podría tener graves repercusiones no solo en las relaciones económicas bilaterales, sino también en la economía global y el sistema de comercio multilateral.
El jueves, Ishiba ya había manifestado su descontento ante reporteros, calificando el anuncio de Trump sobre las "tarifas recíprocas" como "extremadamente lamentable y decepcionante". El primer ministro destacó que Tokio había realizado llamados a varios niveles para evitar esta medida unilateral, pero sus esfuerzos no lograron disuadir a la Administración estadounidense. "La bofetada de un impuesto del 24% sobre las importaciones japonesas puede llamarse una crisis nacional y el Gobierno está haciendo todo lo posible con todos los partidos", afirmó Ishiba durante su intervención parlamentaria, subrayando la gravedad de la situación para un país cuya economía está fuertemente orientada a la exportación.
Ishiba argumentó que Japón ha sido el mayor inversionista del mundo en Estados Unidos desde 2019, con inversiones directas de los fabricantes de automóviles japoneses que alcanzan los 418 millones de dólares estadounidenses. Estas inversiones han generado 2,3 millones de puestos de trabajo en territorio estadounidense, un dato que el primer ministro resaltó para enfatizar la contribución de su país a la economía norteamericana. "Hemos sido un socio clave para Estados Unidos, y estas alzas arancelarias no solo afectan nuestras relaciones bilaterales, sino que también tienen un impacto significativo en la economía global", advirtió Ishiba, señalando que las alzas arancelarias podrían desestabilizar el comercio internacional.
Shigeru Ishiba dijo que su país fue el mayor inversionista del mundo en Estados Unidos desde 2019.El primer ministro también expresó su preocupación sobre la legalidad de las tarifas recíprocas de Trump, cuestionando si el plan arancelario es consistente con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Acuerdo Comercial Japón-Estados Unidos, firmado bajo la administración de Trump en 2019. "Estamos seriamente preocupados por la compatibilidad de estas medidas con los acuerdos internacionales", afirmó Ishiba, dejando abierta la posibilidad de que Japón busque mecanismos legales para contrarrestar los aranceles.
En respuesta a esta crisis nacional, Ishiba anunció que el Gobierno japonés examinará de cerca cómo se verán afectadas las industrias nacionales, con un enfoque particular en sectores clave como el automotriz, que representa una parte significativa de las exportaciones japonesas a Estados Unidos. Además, prometió implementar medidas de asistencia integrales para mitigar el impacto económico en las empresas y los trabajadores japoneses. "Haremos todo lo posible para apoyar a nuestras industrias y minimizar los daños", aseguró el primer ministro, quien también llamó a la unidad de todos los partidos para enfrentar este desafío.
El anuncio de los aranceles por parte de Trump se produce en un momento de incertidumbre para la economía global, ya que otros países, como los de la Unión Europea y China, también han sido afectados por las tarifas recíprocas, con tasas que alcanzan el 34% en el caso chino. En Japón, las bolsas asiáticas reaccionaron de inmediato: el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó un 3,76% el jueves, reflejando el nerviosismo de los inversores ante las posibles represalias comerciales y el impacto en las exportaciones japonesas. Ishiba, consciente de estas repercusiones, busca liderar una respuesta coordinada que proteja los intereses de su país mientras explora opciones diplomáticas para revertir o al menos suavizar las medidas de Trump.
La crisis nacional declarada por Ishiba pone de manifiesto las tensiones crecientes en el comercio internacional y el desafío que enfrentan países como Japón, cuya economía depende en gran medida de sus exportaciones. Mientras el Gobierno japonés evalúa sus próximos pasos, el mundo observa con atención cómo evolucionará este conflicto comercial y si las alzas arancelarias de Estados Unidos desencadenarán una nueva ola de medidas proteccionistas a nivel global.