18/12/2024
Las declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados generaron un ruido no planificado. Entre la frustración del Presupuesto, las fallidas sesiones extraordinarias, el caso Kueider y la pelea con Villarruel, admiten que el plan, por ahora, no existe.
En medio de un cierre de año agitado en la agenda política, las declaraciones de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, sobre la posible modificación o derogación de la ley que garantiza el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) generaron un inesperado revuelo en el Gobierno. La Casa Rosada, que intentaba despejar el foco de atención de las controversias políticas del momento, se vio obligada a salir a desmentir que este tema estuviera en la agenda legislativa.
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El incidente comenzó cuando Menem, en una entrevista con un canal de streaming, manifestó abiertamente su postura "pro vida" y sugirió que, en el futuro, podría presentarse un proyecto para derogar o modificar la ley que habilita el aborto. "Se puede hacer. Puede haber una ley para derogar la anterior o cambiar la que está", aseguró el dirigente riojano, dejando entrever que tal iniciativa podría presentarse el próximo año. La controversia que se desató fue tal que, en la Casa Rosada, se apresuraron a restarle importancia a sus palabras, y en varios círculos del oficialismo se intentó minimizar su impacto.
Voceros cercanos a la presidencia explicaron que las declaraciones de Menem fueron emitidas "a título personal" y no forman parte de las prioridades legislativas de la Cámara de Diputados. Manuel Adorni, portavoz presidencial, se encargó de suavizar el asunto en una conferencia de prensa, aclarando que Menem simplemente había respondido una consulta sobre la posibilidad de modificar la ley, pero que en ningún momento dio a entender que el proyecto fuera a ser impulsado en el corto plazo. "Lo que dijo fue algo razonable", declaró Adorni, restando importancia a la posibilidad de que se presentara tal iniciativa.
Las declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados generaron un ruido no planificado. Entre la frustración del Presupuesto, las fallidas sesiones extraordinarias, el caso Kueider y la pelea con Villarruel, admiten que el plan, por ahora, no existe.
La sorpresa por las palabras de Menem no solo afectó a los equipos de comunicación del Gobierno, sino también a los sectores libertarios, quienes consideraron inoportuno reavivar el debate sobre el aborto en un momento en el que el oficialismo ya enfrentaba dificultades legislativas. La reciente frustración por el debate del Presupuesto 2025, las tensiones internas con la vicepresidenta Victoria Villarruel, y otros frentes abiertos dentro de la coalición, hacían de este un tema que preferían dejar fuera del foco.
En algunos círculos cercanos a la Casa Rosada, surgió la sospecha de que Menem podría haber intentado ganar protagonismo al hacer tales declaraciones, en un momento en que figuras como Villarruel y otros miembros del Gobierno ya estaban acaparando la atención mediática. "Quizá quiso disputarle protagonismo a Villarruel. Si fue así, fue muy burdo", opinó una fuente cercana al entorno de Milei.
Pese al malestar provocado por el episodio, desde la cúpula del oficialismo se cuidaron de no cargar las tintas contra el presidente de la Cámara de Diputados, especialmente porque Menem sigue siendo un protegido cercano de Karina Milei. A pesar de la incomodidad generada por el tema del aborto, se optó por relativizar la situación, señalando que Menem simplemente había respondido a una pregunta sin mayores intenciones.
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Por ahora, la Casa Rosada tiene otras prioridades en su agenda legislativa, como la reforma de las PASO y los pliegos de los jueces para la Corte Suprema. En tanto, la posibilidad de avanzar con un proyecto sobre el aborto quedó, al menos por el momento, en el limbo, con el Gobierno buscando evitar nuevas distracciones políticas.
Aunque el presidente Javier Milei ha expresado en varias ocasiones su postura en contra de la ley de IVE, en el Gobierno optaron por evitar pronunciamientos públicos al respecto. La estrategia parece ser esperar a tener una mayoría legislativa que permita avanzar con esa batalla en el futuro, pero por ahora, la conversación sobre la interrupción voluntaria del embarazo parece haberse apagado, para alivio de la Casa Rosada.
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