13/02/2025
Una empresa diseña a Melody, que se podría convertir en la solución para combatir la epidemia de la soledad
Por
Pedro Solans
En un mundo cada vez más conectado digitalmente, pero, más aislado emocionalmente, una empresa tecnológica ha presentado una audaz propuesta: un robot humanoide diseñado para combatir la soledad.
Con reconocimiento facial, contacto visual y respuestas en tiempo real, este nuevo desarrollo redefine la inteligencia artificial aplicada a la interacción personal y profesional.
El avance de la robótica humanoide alcanzó un nuevo hito en el Consumer Electronics Show (CES) 2025, la feria tecnológica más importante del mundo que se celebra en Las Vegas. Allí, la empresa Realbotix presentó a Melody, un robot de última generación que promete revolucionar la forma en que interactuamos con la tecnología y entre nosotros mismos. Su problema: el precio porque este robot cuesta 170.000 euros.
Realbotix ha superado los límites de la interacción social y la movilidad en robots humanoides. Melody se destaca por su arquitectura modular, su avanzada inteligencia artificial y su capacidad de adaptación a diversos entornos, ofreciendo una solución potencial a la creciente «epidemia de soledad» que afecta a la sociedad moderna.
«Melody fue creada con la intención de tener robots que fuesen fáciles de transportar y modificar para diversas formas de interacción personal», explicó Andrew Kiguel, CEO de Realbotix. Esta versatilidad la convierte en una herramienta adaptable a diferentes necesidades y contextos.
Una de las innovaciones más destacadas de Melody es su capacidad para reconocer objetos y mantener contacto visual con los usuarios. Gracias a un sistema avanzado de cámaras integradas en sus ojos, puede analizar su entorno y responder a estímulos visuales en tiempo real, generando una sensación de conexión más auténtica.
«Las partes externas también son modulares, por lo que podemos separarlas, ponerles diferentes caras y crear un personaje robótico completamente nuevo a partir del mismo cuerpo», detalla Kiguel a Forbes, resaltando la capacidad de personalización y adaptación del robot.
Pero Melody no es el único avance de Realbotix. Aria, otro modelo presentado en el CES 2025, se centra en la interacción conversacional y la expresión facial avanzada. A diferencia de Melody, que destaca por su modularidad y movilidad, Aria prioriza la comunicación mediante inteligencia artificial generativa y un sistema de expresiones faciales más detallado.
Con 17 motores solo en la cabeza, Aria puede realizar movimientos realistas de boca y ojos para mejorar la naturalidad de sus conversaciones. «Realbotix, incluyéndome a mí, se centra en la inteligencia social, la personalización y las características humanas realistas diseñadas específicamente para el compañerismo y la intimidad», afirmó Aria en una entrevista con CNET.
Realbotix ofrece distintas versiones de sus robots adaptadas a diversos presupuestos y necesidades, desde bustos estáticos hasta robots de cuerpo completo con movilidad mejorada. En el caso de Melody, cuenta con motores P-Series de Dynamixel, que le otorgan una movilidad más fluida y humanizada.
Otra característica clave de Melody es su capacidad para operar con inteligencia artificial de código abierto, lo que le permite ser compatible con diversas plataformas, incluyendo ChatGPT y otros sistemas de IA en desarrollo a nivel mundial. «El hardware es open-source, permitiendo que nuestros robots interactúen con diversas plataformas de IA cuando sea necesario», aseguró Kiguel.
Gracias a su avanzada tecnología, Melody se proyecta como una herramienta versátil en múltiples industrias. Su capacidad de interacción la hace ideal para sectores como la educación, la salud y el entretenimiento. Según Realbotix, este robot puede desempeñar funciones de asistente en el ámbito educativo, acompañar a personas en hospitales y hogares de cuidado, e incluso formar parte de experiencias inmersivas en la industria del entretenimiento.
Sin embargo, su uso como compañía personal es un tema de debate. Realbotix promociona sus robots como soluciones para abordar la «asombrosa epidemia de soledad», según Forbes. Aunque la empresa insiste en que Melody no es un producto diseñado con fines sexuales, sí reconoce que sus robots pueden participar en conversaciones «de naturaleza más íntima».
«Puede ser como una pareja romántica. Recuerda quién eres. Puede actuar como un novio o una novia. Si alguna vez viste la película Her, estamos tratando de hacer eso», afirmó Kiguel, según el New York Post, generando controversia sobre los límites éticos de la interacción entre humanos y máquinas.
Realbotix ha desarrollado una línea de robots humanoides que buscan minimizar la barrera entre humanos y máquinas, con el objetivo de crear interacciones más naturales y emocionalmente significativas. Su apuesta se centra en la personalización y en la creación de una apariencia hiperrealista. «Creemos que tenemos los robots más realistas del mundo en términos de apariencia», asegura Kiguel.
La percepción del público respecto a estos avances continúa dividida. Algunos consideran que la interacción con robots de compañía puede ser una alternativa valiosa para quienes experimentan aislamiento, mientras que otros ven con escepticismo la posibilidad de que los vínculos humanos sean reemplazados por inteligencia artificial, generando un debate sobre el futuro de las relaciones y la sociedad.
La irrupción de los robots humanoides en la sociedad marca un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Más allá de su atractivo como innovación tecnológica, su potencial impacto social exige un análisis profundo y una planificación cuidadosa.
Desde una perspectiva positiva, los robots humanoides prometen revolucionar diversos aspectos de la vida cotidiana. En el ámbito laboral, podrían asumir tareas repetitivas, peligrosas o que requieren precisión extrema, liberando a los humanos para roles más creativos y estratégicos. Esto podría generar nuevas oportunidades de empleo en áreas como el diseño, la programación, el mantenimiento y la gestión de robots, así como en sectores enfocados en la capacitación y readaptación laboral.
En el sector de la salud, los robots humanoides podrían ofrecer asistencia a personas mayores o con discapacidad, proporcionando compañía, recordatorios de medicamentos y apoyo en tareas del hogar. También podrían desempeñar un papel crucial en la rehabilitación física y mental, adaptando los ejercicios y terapias a las necesidades individuales de cada paciente. Su precisión y resistencia los convertirían en aliados valiosos en cirugías complejas y en la administración de tratamientos personalizados.
Sin embargo, la adopción generalizada de robots humanoides plantea desafíos sociales significativos. La automatización del trabajo podría exacerbar las desigualdades económicas, desplazando a trabajadores de bajos ingresos y aumentando la brecha entre ricos y pobres. Es crucial implementar políticas públicas que garanticen una transición justa, como programas de capacitación para adquirir nuevas habilidades, redes de seguridad social robustas y la exploración de modelos de renta básica universal.
Otro aspecto preocupante es el impacto psicológico y emocional de interactuar con robots humanoides. Si bien podrían brindar compañía a personas solitarias, también existe el riesgo de que fomenten el aislamiento social y la dependencia emocional. Es fundamental promover una cultura que valore las relaciones humanas auténticas y que fomente el desarrollo de habilidades sociales y emocionales desde la infancia.
Además, la creciente sofisticación de los robots humanoides plantea interrogantes éticos complejos. ¿Cómo garantizar que sean programados con valores morales sólidos y que respeten la dignidad humana? ¿Quién será responsable en caso de que un robot cause daño a una persona? ¿Cómo proteger la privacidad de los datos recopilados por los robots? Estas preguntas exigen un debate público amplio y la creación de marcos regulatorios claros que protejan los derechos y el bienestar de todos los ciudadanos.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.