25/03/2025
Luego que el Gobierno nacional anunciara una rebaja de impuestos a la importación de indumentaria y calzado, la medida generó gran preocupación en el sector industrial local. El presidente de la Cámara de la Industria del Calzado de Santa Fe, Alberto Serra, advirtió sobre las consecuencias de esta decisión del Ejecutivo y reclamó "equidad" para la producción nacional.
La industria del calzado afronta un durísimo
momento desde la llegada del presidente Javier Milei y sólo en los últimos
meses ya se vieron fábricas cerradas, reducción de producción y más de 500
personas que se quedaron sin su fuente laboral. La caída de las ventas, la
apertura de importaciones y el duro panorama general llevaron al sector a vivir
uno de sus peores momentos, algo impensado hace algunos años cuando batían los
récords de producción.
A partir de un
decreto que se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial, serán
reducidos los aranceles de ropa y calzado, que pasarán de 35% a 20%; de telas
de 26% a 18%; y de los distintos hilados de 18% a 12, 14 y 16%. "La
Argentina sigue siendo el país con la indumentaria más cara en la región y en
el mundo", se quejó el ministro de Economía, Luis Caputo.
No obstante, la medida generó preocupación en
territorio santafesino: "Es un tema complejo. Nosotros creemos que está
bien el objetivo de bajar el precio de los productos, pero debería haber una
equidad. Estamos bajando los impuestos a los artículos importados y no a la
producción nacional. Hay una inequidad ahí: se favorece a unos, en detrimento
de otros", expresó Serra en declaraciones al programa De10, que se emite
por LT10.
La UIA repudió la reducción de impuestos a
textiles y calzados: "Industricidio"
El dirigente industrial destacó que la carga impositiva local es uno de los principales obstáculos para competir con los productos importados. "Para importar algo, pagás IVA. Pero si producís acá, además de IVA, tenés ingresos brutos, Drei. Es una disparidad en cuanto a las posibilidades", explicó.
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Además, alertó
sobre el impacto crítico que esta medida podría tener en el empleo y la
supervivencia de las empresas locales. "Estamos en un momento muy crítico.
Si esto continúa, este año va a impactar en la reducción de puestos de trabajo.
En Santa Fe, ya estamos perdiendo seriamente. Hay empresas grandes, de marcas
conocidas, que han reducido fuertemente sus planteles, y las pequeñas y
medianas empresas también están ajustando su estructura", afirmó.
Más de 500 despidos en la industria del
calzado: cuáles son las empresas que echaron trabajadores
Tomando sólo los
últimos tres meses se puede ver un panorama bastante claro sobre cómo está la
industria del calzado. Por ejemplo, Topper despidió a 23 empleados de su planta
de Tucumán cuando volvían de sus vacaciones. Ya el año pasado la empresa había
despedido a 120 operarios y frenado su producción por sobrante de stock.
"En el marco
de un mercado cada vez más competitivo y desafiante, Topper Argentina debió
readecuar sus esquemas de producción para acompañar la demanda del primer
semestre 2025. En este sentido, hemos disminuido el plantel de la fábrica en 23
operarios", afirmaron desde la empresa.
A principios de año, la histórica fábrica de
calzado DASS, ubicada en Coronel Suárez, anunció su cierre definitivo a partir
del 20 de enero y dejó sin empleo a más de 400 trabajadores. También los
telegramas llegaron cuando los trabajadores estaban de vacaciones.
Agustín Amicone,
titular de la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra),
señaló que la crisis en el sector se debe al incremento de las importaciones y
a la disminución del consumo. Según Amicone, la apertura comercial llevó a que
empresas como Adidas, principal cliente de DASS, prefieran importar calzado a
menor costo en lugar de producirlo localmente.
Otro caso aún
similar es el de la empresa Bicontinentar de Chivilcoy que decidió despedir a
130 trabajadores y continuar con la producción con un plantel de sólo 40
operarios. Señalaron que el motivo fue la baja abrupta de pedidos por parte de
los clientes durante el último año.
La empresa intentó producir una marca propia
de calzados llamada "By Chivilcoy" pero no alcanzó para palear la
crisis. "En medio de una caída del poder adquisitivo de los consumidores
sin precedentes y en un momento de alta retracción del consumo masivo, salimos
al mercado, porque la otra alternativa era cerrar definitivamente nuestras
operaciones", aseguraron desde la compañía.
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