03/12/2024
Los conductores de las formaciones trabajan "a reglamento" y no circulan a más de 30 kilómetros por hora. Hay demoras y cancelaciones en todas las líneas.
Desde este lunes, los trenes urbanos se mantienen en protesta bajo el esquema de "trabajo a reglamento", una medida impulsada por el sindicato La Fraternidad. Los conductores de los trenes, como parte de esta acción, circulan a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, lo que ha provocado demoras y cancelaciones en varios servicios, especialmente en los horarios de mayor afluencia de pasajeros.
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El gremio exige "mayores medidas de seguridad" en el sistema ferroviario, aludiendo a lo que califican como una "emergencia ferroviaria". A través de folletos distribuidos en estaciones, La Fraternidad alertó sobre la grave crisis que atraviesa el sector, pidiendo con urgencia reparaciones en las vías, la adquisición de repuestos y la modernización del sistema de comunicación y señales.
Sin embargo, desde el Gobierno nacional se ha calificado la medida como "extorsiva" y se ha apuntado a que la protesta busca forzar una negociación para obtener un aumento salarial superior al acordado con el resto de los sindicatos ferroviarios. Fuentes oficiales indicaron que el sindicato no optó por convocar a un paro, pero que la reducción de velocidad de los trenes es una medida que afecta directamente a los pasajeros, generando inconvenientes en su desplazamiento.
Los conductores de las formaciones trabajan "a reglamento" y no circulan a más de 30 kilómetros por hora. Hay demoras y cancelaciones en todas las líneas.
El Gobierno ha señalado que, aunque el sistema ferroviario está efectivamente en emergencia, esto no es algo nuevo, sino una consecuencia de años de desinversión en infraestructura y materiales, fruto de gestiones anteriores que priorizaron recursos para obras políticas en lugar de destinarlos a la mejora del servicio ferroviario. Según las fuentes gubernamentales, en mayo se declaró la emergencia ferroviaria mediante un presupuesto complementario de 1.3 billones de pesos, y se están llevando a cabo acciones concretas, como la ejecución de 226 obras, de las cuales 45 ya están en marcha.
El Gobierno también recordó que, durante la gestión anterior de Alberto Fernández, el propio sindicato de La Fraternidad tuvo un representante en el área de transporte ferroviario, el subsecretario Agustín Special, quien estuvo al tanto de la situación del sistema ferroviario sin haber logrado mejoras sustanciales.
Con respecto a los reclamos salariales, el Gobierno destacó que el 80% del sector ferroviario acordó una paritaria con un aumento del 3,5% en noviembre y diciembre, y subrayó que no cederá ante lo que consideran una "extorsión sindical" que pone en riesgo el bienestar de los pasajeros para proteger intereses particulares.
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A pesar de las tensiones, el plan de emergencia ferroviaria continúa su curso, con el compromiso de avanzar en la compra de nuevas locomotoras, la mejora de talleres y la incorporación de tecnología, con el objetivo de mejorar la seguridad y el confort del servicio ferroviario en el futuro cercano.
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