El viaje, que incluyó un crucero hacia la Antártida, generó indignación en Irán, un país que atraviesa severas dificultades económicas debido a sanciones internacionales y una inflación galopante. En un comunicado oficial, Pezeshkian justificó la destitución argumentando que "en un contexto donde las presiones económicas afectan profundamente a la población, los viajes ostentosos de funcionarios, aunque sean con fondos personales, son injustificables". La carta, difundida por la agencia estatal IRNA, subraya la necesidad de que los líderes den ejemplo en tiempos de crisis.
Dabiri, de 58 años, había asumido su cargo en julio de 2024, tras la victoria electoral de Pezeshkian, un reformista que prometió mejorar las condiciones de vida de los iraníes. Sin embargo, su paso por el gobierno duró poco. Las fotos publicadas en Instagram, donde se lo veía posando frente al glaciar Perito Moreno y en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, fueron el detonante de su caída. Aunque el exfuncionario afirmó que el viaje fue financiado con sus propios recursos y no con fondos públicos, la opinión pública y el gobierno consideraron que la exhibición de lujo era incompatible con la realidad que vive el pueblo iraní.
El vicepresidente de Irán visitó Argentina junto a su esposa, en un crucero hacia la Antártida, en medio de las festividades del año nuevo persa.
La investigación sobre el caso comenzó cuando las imágenes se viralizaron, generando críticas tanto de ciudadanos como de sectores políticos. La prensa local informó que Dabiri no había informado oficialmente sobre su salida del país, lo que levantó sospechas sobre la autorización de su periplo. En su defensa, el exvicepresidente aseguró que se trató de una "visita privada" planificada desde hacía tiempo, pero sus explicaciones no lograron calmar las aguas.
El episodio pone en evidencia las tensiones internas en el gobierno de Pezeshkian, quien enfrenta el desafío de equilibrar las expectativas de reforma con la presión de los sectores más conservadores. Analistas señalan que la destitución de Dabiri podría ser una señal de autoridad del presidente para reforzar su imagen de austeridad y compromiso con los más vulnerables. Sin embargo, también abre interrogantes sobre la cohesión del equipo gobernante en un momento crítico para Irán.
La Patagonia argentina, con su belleza natural y su aura de destino exclusivo, se convirtió así en el escenario inesperado de un escándalo internacional. Mientras tanto, en Teherán, la salida de Dabiri deja un vacío en el Ejecutivo y reaviva el debate sobre la conducta de los funcionarios públicos en un país donde el contraste entre la élite y la población es cada vez más evidente. Este caso, lejos de ser un simple incidente, refleja las complejidades de la política iraní y su relación con el mundo, incluso a miles de kilómetros de distancia, en el fin del mundo.