26/12/2024
Por
Rafael Bienvenido Ramírez
La
idea de lanzarte al emprendimiento a una edad en que la mayoría de gente ya
está retirada, puede sonar verdaderamente desafiante por la percepción de que
el emprendimiento es un terreno incierto y arriesgado.
He
aquí algunas de las preguntas que suelen hacerse muy a menudo:
¿Estoy
demasiado viejo para emprender? ¿Podré hacer esto a mi edad? ¿Cómo va a afectar
a mi familia? ¿Qué pasa si fracaso?
Al
hablar de emprendedores, automáticamente se piensa en jóvenes menores de 35
años. Pero, para el emprendimiento no hay edad y las personas maduras
también pueden construir negocios igualmente exitosos, siempre y cuando se
planee bien y se encuentre el nicho correcto.
Las
limitantes son solo aquellas que el emprendedor se ponga. No es cuestión de
años sino de carácter, compromiso y deseo de ver realizadas las ideas y los
sueños.
Si
eres de los que se considera demasiado viejo para lanzarte a la aventura de
emprender un negocio, te equivocas; son muchos los personajes destacados a lo
largo de la historia que alcanzaron el éxito cuando ya no eran tan jóvenes.
Según
un estudio realizado por la Fundación, The Coming Entrepreneurship Boom, la
tasa más alta de emprendimiento durante la última década se ha registrado en
personas con edad promedio de 55 a 64 años. Tal es el caso del emprendedor
William Perin, quien aporta su experiencia y trayectoria profesional en la
revista Forbes, como propietario de dos establecimientos de la franquicia
Batteries Plus Bulbs situados en San Rafael, California.
En
2007, a los 61 años, decidió no jubilarse e iniciar su propio negocio. Para
ello, completó su larga formación (35 años como especialista en operaciones de
Macy's) y abrió una franquicia de Batteries Plus Bulb en San Rafael. Siete años después, a los 68 años, inauguraba su segunda tienda en Santa Rosa.
Otro
caso es el del Coronel Sanders (KFC). Fundó su imperio de comida rápida a los
65 años.
Y
así podría seguir numerando una serie de grandes empresarios que comenzaron a
emprender en la segunda mitad de su vida.
Mi
objetivo es romper estereotipos sobre la edad, desafiar la idea de que
emprender es solo para los jóvenes. En la vejez no solo es posible, sino
que puede ser una de las etapas más exitosas y satisfactorias de la vida. Lejos
de ser una desventaja, la experiencia acumulada, los contactos desarrollados y
las habilidades adquiridas a lo largo de los años representan una ventaja
competitiva frente a emprendedores más jóvenes.
Es
que, al emprender a la edad madura, las personas tienden a buscar proyectos
alineados con sus valores personales y pasiones, lo que les hace aumentar el
compromiso y satisfacción en el emprendimiento. Otra de las ventajas es
que quienes lo hacen tienen un marco de referencia más amplio, una mayor
seguridad financiera, más probabilidades de haber reunido ahorros y contar con
cierto respaldo financiero. También debo destacar que conocen mejor sus propias
fortalezas y debilidades.
La
edad puede que importe para muchas otras cosas, pero no para emprender.
Sólo hay que tener una idea, creer en ella y trabajar diariamente para que se
transforme en un proyecto exitoso.
Si
te decides a emprender, no puedes tener miedo de aprender cosas nuevas, como
marketing digital o tecnología, y aprovechar las herramientas digitales para
escalar el negocio, buscar mentorías, programas de apoyo para emprendedores
mayores. Y en caso que tengas hijos involucrarlos en el proyecto, sobre
todo aquello al que consideres que tiene actitud y aptitud.
Termino
con un mensaje alentador: "Nunca es tarde para perseguir tus sueños. La
edad es solo un número cuando se trata de la pasión y el propósito".
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