Falleció el "Turco Julián", el exrepresor condenado por delitos de lesa humanidad

Un día después de conmemorarse el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, falleció Julio Héctor Simón, conocido como el "Turco Julián", a los 84 años, exmiembro de la Policía Federal Argentina, condenado en tres ocasiones por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983). El exrepresor cumplía su pena en la Unidad N° 34 del Servicio Penitenciario Federal, ubicada en Campo de Mayo.

Simón nació el 12 de agosto de 1940 y durante la dictadura desempeñó un rol activo en los grupos de tareas responsables de secuestros, torturas y desapariciones forzadas. Operó principalmente en el circuito represivo conocido como "ABO", que incluía los centros clandestinos de detención "El Atlético", "Banco" y "El Olimpo". En este último, se destacó por su crueldad, especialmente hacia detenidos judíos, a quienes torturaba exhibiendo símbolos nazis como esvásticas y brazaletes con la bandera del Tercer Reich. También colaboró con el Batallón de Inteligencia 601, una unidad clave en la maquinaria represiva del régimen.

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Foto: El genocida "Turco Julián" cumplía su condena en la Unidad 34 ubicada en Campo de Mayo.

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Tras el retorno de la democracia en 1983 con la presidencia de Raúl Alfonsín, Simón huyó a Brasil, donde trabajó como vigilador y guardaespaldas. Regresó al país tras la sanción de las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987), que otorgaron impunidad a muchos represores. Sin embargo, su caso marcó un hito judicial: en 2001, el juzgado federal que investigaba la apropiación de Claudia Victoria Poblete lo procesó junto a Juan Antonio Del Cerro, declarando la inconstitucionalidad de dichas leyes. Este fallo, conocido como "Simón, Julio Héctor y otros s/ privación ilegítima de la libertad", llevó a la Corte Suprema en 2005 a anular esas normas, reabriendo el camino para los juicios por delitos de lesa humanidad.

Las condenas de Simón reflejan la magnitud de sus crímenes. En 2005, el Tribunal Oral Federal N° 5 de la Capital Federal lo sentenció a 25 años de prisión por la detención ilegal, torturas y ocultamiento de José Poblete, Gertrudis Hlaczik y su hija de ocho meses, Claudia. En 2010, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 lo condenó a prisión perpetua por su participación en el secuestro, tortura y desaparición de 181 personas en el circuito ABO. Además, recibió una pena de 23 años en la causa del Batallón 601 por hechos ocurridos entre 1979 y 1980. Estas sentencias lo convirtieron en uno de los primeros represores juzgados tras la derogación de las leyes de impunidad.

A pesar de su avanzada edad y problemas de salud, la Justicia le negó recientemente la prisión domiciliaria. Hace apenas dos semanas, el juez Gustavo Hornos argumentó que Simón se encontraba "clínicamente compensado" y que la gravedad de sus delitos, calificados como crímenes de lesa humanidad -incluyendo homicidio agravado, privación ilegal de la libertad y tormentos-, justificaba su reclusión en una cárcel común. El fallo subrayó el compromiso del Estado argentino con la memoria y la reparación a las víctimas.

El "Turco Julián" murió en un contexto simbólico: al día siguiente de las masivas marchas del 24 de marzo, que reafirmaron el reclamo de "Memoria, Verdad y Justicia". Su fallecimiento en prisión, sin haber obtenido beneficios penitenciarios, es visto por muchos como un acto de justicia para las víctimas de la dictadura, un periodo que dejó 30.000 desaparecidos según organizaciones de derechos humanos. Su figura sigue siendo un recordatorio de los horrores del pasado y de la lucha por mantener viva la memoria colectiva.