31/01/2024
La Ley Ómnibus va por su camino de aprobación. Pero la economía continúa en estado crítico. Mientras avanza la iniciativa legislativa del Gobierno las resistencias institucionales hicieron conocer a la sociedad que no será fácil el camino de la gestión.
Después de un mes y medio, el Gobierno se enfrenta a uno de los desafíos que marcarán un hito en la gestión: el tratamiento de la Ley Ómnibus, donde hubo mucho debate sobre los alcances de los artículos y el verdadero efecto que tendrá el paquete de leyes, dado el recorte que fue sufriendo a lo largo de los días.
Con la CGT observando y midiendo los resultados de la huelga con movilización contundente del miércoles 24 y la Justicia parapetada en sostener la ley laboral, tal como lo demostraron las cámaras especializadas en Laboral que dieron vía libre a la inconstitucional del tramo de la ley donde se planteaban cambios profundos en las relaciones laborales, el Presidente Javier Milei necesita que el Congreso le entregue un triunfo parcial en el tablero imaginario del poder.
La primera conquista podría ser una aprobación al dictamen del oficialismo que se trata, por estas horas, en la sesión maratónica de la Cámara de Diputados. Para más adelante quedará el análisis de los efectos que pudieran generarse a partir de la sanción de la ley.
Baja importante
La quita del paquete fiscal, que entre otras cosas impulsaba una arremetida a las retenciones, fue una derrota clara para un equipo de gobierno conformado por economistas, empresarios y referentes ideológicamente más ligados a lo ortodoxo de la economìa. Por mucho que eso pudiera haber destrabado el diálogo con los gobernadores y legisladores de provincias agropecuarias, lo cierto es que también provocará una falta de recaudación que deberá ser compensada con mayores ingresos tributarios y recorte en áreas estatales que todavía no fueron anunciadas.
Ese punto, junto a la negativa judicial por la reforma laboral, colocan al Gobierno en un escenario frágil desde la construcción de poder, que deberá remontar con el paso de los meses a pura gestión y acuerdos amplios con la oposición. Y eso también será elemento de cesión en algunos casos.
La economía en el centro
Para todo esto, los datos económicos no mejoran hasta llegar a ser percibidos por la gente. Porque la inflación de diciembre, del 25,5% fue durísima, y aunque la de enero se pueda notar algo menor, los gastos que a los ciudadanos de a pie le inciden siguen incrementándose: alimentos, transporte, combustibles, servicios de medicina, remedios y recreación fueron siempre para arriba. Y en febrero ya empiezan a anunciarse que los colegios vendrán recargados en las cuotas y que la canasta de útiles escolares podría triplicarse con respecto a la del inicio de clases en 2023.
A todo esto, cuando se termine el verano y baje la euforia de las vacaciones, quedará a la vista lo importante. Solo habrá que aguardar por una recuperación de la economía, que mejore el humor social, y que los efectos de las nuevas leyes no sean lo nocivos que los pronósticos anticiparon antes de la tormenta.
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