15/04/2025
En su testimonio, apuntó contra el médico Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov. La joven habló de las últimas veces que lo vio antes de su fallecimiento. "El último tiempo ya no reconocí a mi papá porque ya no se reía, se perdía. Estábamos en una videollamada y no sabía quién estaba del otro lado".
Este
martes, en el juicio por la muerte de Diego Maradona declaró Dalma Maradona, la
hija mayor del Diez, ante los jueces.
Dalma
llegó al Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Isidro pasadas las 14 horas
acompañada de su hermana Gianinna y de su mamá Claudia Villafañe.
Cabe aclarar que ninguna de las dos pudo entrar a la sala de audiencias porque
son testigos y hasta que no declaren no pueden estar entre el público.
Dalma
recordó las últimas semanas antes de la muerte de Diego. "Le habíamos dicho a Luque,
Cosachov y Díaz que no lo veíamos bien a papá. Caminaba mal, a veces lo
sentíamos un poco perdido, nos llamaba por videollamada y no entendíamos lo que
decía", dijo en referencia al equipo médico que están imputados.
Dijo
que Luque, Cosachov y Díaz fueron quienes convencieron a los familiares que la
internación domiciliaria era la mejor opción para Maradona luego de la
operación de cabeza a la que fue sometido a principios de noviembre de 2020.
"Nos
prometieron una internación domiciliaria que nunca sucedió. No hubo ambulancia
ni enfermeros", aseguró Dalma. Y agregó: "Nos prometieron enfermeras 24
horas, gente que estuviera ahí para tomarle la presión y darle las pastillas.
También acompañantes terapéuticos, una ambulancia y aparatología que la daba la
prepaga. Eso nunca pasó".
Para
la hija mayor todo cambió el día del último cumpleaños de Maradona. Más
precisamente tras la celebración que se hizo en el estadio de Gimnasia y
Esgrima de La Plata, donde públicamente se lo vio con varias limitaciones
físicas.
"Antes
del 30 de octubre le manifestábamos a sus médicos Leopoldo Luque, Agustina
Cosachov y Carlos Díaz que lo veíamos perdido, que nos hacía videollamadas
y no le entendíamos ni le entendían sus nietos. Nos decían que eran
semanas buenas y malas".
Contó
que vio con vida a su padre por última vez en la clínica Olivos y luego muerto
en la casa de Tigre porque en los días previos no les habían permitido el
acceso por decisión del entorno que cuidaba al exjugador. Dalma se largó a
llorar cuando habló de cómo era Maradona como papá y rememorar el día que
se enteró de su muerte (25 de noviembre).
Sobre
el día de su muerte, recordó: "Vi que estaba tapado con una sábana,
pero estaba muy hinchado. Me le tiré encima, pensando que se iba a
despertar. Tenía las manos muy hinchadas, la panza también. Yo llegué con mi
mamá porque nos llamó Gianinna y nos dijo que lo estaban tratando de
reanimar".
Y
agregó que "cuando entré, entré a la habitación con mi mamá. El lugar era
un asco. Había olor a pis. Un baño portátil, estaban los paneles porque habían
improvisado la habitación ahí. No había baño cerca y que la cocina era un
asco".
Hacia
el final de su testimonio, Dalma, que se mantuvo firme durante casi toda su
exposición ante los jueces, volvió a quebrarse al mencionar cómo cambió su vida
la abrupta muerte de su papá.
"Nos
pasa que nos seguimos enterando cosas al día de hoy. Pasados cuatro años,
seguimos escuchando de la manera que se referían a mi papá tanto Luque,
Cosachov y Díaz. Como hablaban de él, como se reían de él, como hacían el
tratamiento y cómo terminó. Sigue siendo muy doloroso el maltrato que
recibió y yo no sabía. En lo que a mí respecta lo extraño todos los días de mi
vida y si ellos hubieran hecho su trabajo, esto se podría haber evitado",
reflexionó.
Y
concluyó: "Cuando nos dijeron que estuvo agonizando y que nadie le ofreció
ayuda, fue muy doloroso. Tengo la tranquilidad de saber que hice todo lo que
tenía a mi alcance. Nunca pensé que este fuera a ser el desenlace".
Cabe
recordar que son siete profesionales de la salud, entre ellos un neurocirujano
y una psiquiatra los que son juzgados por el delito de homicidio simple por
dolo eventual. Se trata de un delito que tiene una pena máxima de 25 años de
prisión.
Por
otra parte, el abogado Stinfale también habló en el juicio y afirmó que "si
ponían a Ojeda a cuidarlo, Diego no se moría", en referencia al rol que
Verónica Ojeda, expareja de Diego y madre de su hijo menor, Diego Fernando,
podría haber cumplido en el postoperatorio del Diez en una casa de Benavídez,
partido de Tigre, zona norte del conurbano bonaerense.
Durante su extenso testimonio, el abogado repasó sus años de amistad con Diego y habló de los vaivenes legales del último tiempo con su colega y amigo Matías Morla, y con la familia del futbolista, con la que hoy en día no mantiene diálogo.
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